“Prevención” y diagnostico precoz para el Alzheimer

Neurología:
“En la próxima década veremos tratamientos que nos acerquen a una cura del alzheimer”

El doctor Gary Small es un reconocido investigador de la enfermedad y ha publicado varios libros con consejos que ayudan a prevenir o retardar su aparición.  

 

 

C. González 

“Prevención” es una palabra clave para el doctor Gary Small. Como director del Centro de Investigaciones en Memoria y Envejecimiento de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), ha dedicado varias décadas al estudio del alzheimer, un problema que hoy afecta la memoria de 37 millones de personas en el mundo y que, se estima, duplicará su número de casos en 20 años.

“Los avances en medicina han permitido a la gente vivir más, pero esos años agregados también nos hacen más susceptibles de sufrir una pérdida cognitiva”, explica el especialista que estuvo de visita en Chile.

Este trastorno -cuya frecuencia se dispara después de los 65 años- altera el normal funcionamiento del cerebro. Los olvidos son su síntoma inicial, pero a medida que la enfermedad progresa, surgen problemas con el lenguaje, cambios de humor y de comportamiento.

 

Hoy no existe una cura, por lo que a juicio de Small, la prevención es fundamental. Y en eso ha centrado gran parte de su trabajo.

“Hay cuatro grandes áreas en las que podemos hacer cambios, ejercicio físico, nutrición, ejercicio mental y manejo del estrés. En cada una de ellas hay evidencia científica que muestra una conexión entre factores de riesgo modificables y demencia”.

Esa información la ha plasmado en publicaciones como “The Alzheimer’s Prevention Program”. “La gente no debería esperar a jubilarse para comenzar con estos cambios; mientras más temprano los incorpore en sus hábitos de vida, mejores resultados”.

El plan que propone el investigador se inicia con una serie de tests para evaluar hábitos y estilo de vida; luego explica y da consejos sobre cómo mejorar la salud cerebral mediante la estimulación de la memoria, la práctica de actividades físicas, una dieta sana, juegos para entrenar la mente y fórmulas para reducir el estrés.

 

 

“Estos cambios pueden ser muy útiles para el promedio de las personas, pero no son suficientes si hay una predisposición genética a la enfermedad. No puedes detenerla completamente, pero sí puedes hacer lo mejor que tengas al alcance para retrasarla”, precisa el especialista, quien fue invitado a Chile por la compañía Herbalife, de la cual es miembro de su Consejo Médico Asesor.

“El alzheimer es un reto enorme y nuestro trabajo hoy apunta a la prevención y una detección temprana. En la próxima década veremos tratamientos más efectivos que nos acerquen a una cura”.

Proteger la memoria

1 Ejercicio físico : “No hay que convertirse en triatleta para proteger el cerebro”, dice Small. Diversos estudios muestran que cuando una persona sedentaria empieza a ejercitarse, no solo fortalece los músculos, sino también el cerebro. “Noventa minutos de ejercicio a la semana (15 a 20 por día) puede ser suficiente. El corazón se vuelve más eficiente en bombear oxígeno y nutrientes al cerebro”. Y eso puede ser tan simple como caminar a diario un par de cuadras o subir escaleras.

 

2 Nutrición : “Lo más importante es el manejo del peso; el sobrepeso duplica el riesgo de alzheimer y la obesidad lo cuadriplica”. Hay estudios que muestran que tras una cirugía bariátrica, los pacientes muestran una mejoría significativa en la memoria y en sus habilidades cognitivas. Una dieta rica en frutas, verduras, pescado y granos enteros es buena porque reduce el riesgo de diabetes, enfermedad que favorece la aparición de alzheimer. Algunos suplementos, como omega 3, pueden ayudar.

 

3 Activar las neuronas : La evidencia indica que a mayor nivel de estudios, hablar más de un idioma, hacer crucigramas o juegos de palabras, por ejemplo, hay una menor probabilidad de desarrollar alzheimer. “La recomendación es continuar aprendiendo y poniendo a prueba su cerebro. Cualquier clase de actividad mental ayuda a prevenir”, dice Small. Internet puede fortalecer los circuitos neuronales, pero con un uso moderado; de lo contrario se afectan las aptitudes el contacto personal.

4 Manejar el estrés : Un seguimiento por cinco años concluyó que las personas que se estresaban con facilidad tenían dos veces más riesgo de alzheimer. “El estrés provoca una inflamación en el cerebro que es perjudicial”. La meditación y relajación ayudan, “mejoran el humor y la memoria”, pues se ha visto que aumentan el tamaño de las zonas cerebrales que regulan la memoria. El tai chi, técnicas de respiración o caminar a diario con un amigo (y conversar), son formas de ejercicio mental.