Cerca del 10% de las chilenas sufre del Síndrome de Ovarios Poliquísticos
Se manifiesta en un cuadro clínico de variado espectro, siendo sus síntomas más comunes aquellos derivados de un aumento hormonas masculinas.
Entre el 5 al 10 % (otras cifras dadas son de un 25%) de las mujeres en edad reproductiva padecen de este mal y debe ser controlado, ya que puede tener consecuencias de por vida como:
- El posterior desarrollo del síndrome de insulino resistencia.
- Diabetes.
- Alteraciones del colesterol.
- Enfermedades cardiovasculares, etc.
Al ser un síndrome implica la presentación de múltiples alteraciones, por ejemplo:
- Irregularidades menstruales (oligomenorrea- amenorrea).
- Signos de hiperandrogenismo (hirsutismo o exceso de pelo, acné, alopecía o caída masculina del cabello).
- Características específicas a la ecografía (ovarios aumentados de tamaño, con múltiples quistes).
- Alteraciones hormonales.
- Obesidad.
Acné persistente, calvicie o piel grasosa pueden ser el motivo de consulta principal, aunque no siempre están presentes.
Objetivos del Tratamiento
- Reducir efectos androgénicos (obesidad, acné, hirsutismo).
- Prevenir alteraciones menstruales.
El Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP) es una patología que afecta entre el 6 y 10% de las mujeres en edad reproductiva en Chile y en los países desarrollados, pero hasta el momento se desconocen las causas del Síndrome.
Se manifiesta en un cuadro clínico de variado espectro, siendo sus síntomas más comunes aquellos derivados de un aumento de los andrógenos (hormonas masculinas circulantes), es decir, exceso de vello corporal, acné, piel con grasitud aumentada y algunas veces, pérdida de cabello con un patrón bien definido.
También es posible que pueda causar períodos menstruales irregulares o abundantes, falta de ovulación he incluso esterilidad.
El SOP se asocia a las alteraciones metabólicas que tienen que ver fundamentalmente con el metabolismo de los azucares o hidratos de carbono y estas son insulino-resistencia, intolerancia a la glucosa, diabetes tipo 2, además de la dislipidemia con niveles elevados de colesterol “malo” (LDL) y triglicéridos.
“Hay una clara herencia familiar. Sin embargo, no se ha encontrado la mutación o alteración genética que, por sí sola, sea capaz de explicar todos los elementos del síndrome y menos todas sus variantes clínicas”, señaló Sonia Villa, ginecóloga
La especialista explica que hay una afectación ambiental muy importante, ya que algunas mujeres que tienen el síndrome llevan una vida sana con ejercicio y régimen sano, manifiestan muy pocos o ningún elemento de la enfermedad. Sin embargo, cuando estas condiciones se modifican, se empiezan a expresar los elementos y el síndrome se hace evidente.
CÓMO PREVENIR
Debido a que no se conoce la causa del síndrome no se ha podido buscar un tratamiento etiológico potencialmente curativo. Por lo que el tratamiento fundamental es la prevención de las enfermedades crónicas a las que se asocia y fundamentalmente, la prevención de la obesidad.
Al ser un síndrome significa que un solo elemento no hace la enfermedad. Por ello la expresión clínica de este es tan variada, por lo que su tratamiento y pronóstico es diferente.
CÓMO SE HACE EL DIAGNÓSTICO
Irregularidad menstrual, caracterizada por períodos de más de 35 días entre el inicio de una regla y el inicio de la otra.
Ovarios de aspecto poliquístico a la ecografía: existe un criterio ecográfico conocido, no es sólo la impresión del ecografista, sino son ovarios de un volumen aumentado con múltiples folículos pequeños en su interior que contienen los óvulos “y que malamente, en este caso, llamamos “quistes”.
Evidencia física o de laboratorio de exceso de hormonas masculinas.
La ginecóloga explica que “con dos elementos presentes y descartando otras enfermedades que podrían remedar el síndrome, se hace el diagnóstico”.
CÓMO AFECTA LA SALUD
Esta patología se puede presentar desde la pubertad hasta la menopausia, aunque las enfermedades a las que se asocia pueden presentarse a lo largo de toda la vida, como la presión alta, diabetes, colesterol alto, entre otras.
También es hereditario ya que la enfermedad suele afectar a varias mujeres en la familia. Aunque el patrón de la herencia no es conocido ya que no se ha encontrado un gen responsable.
La doctora Villa afirma que “aparentemente ha aumentado su frecuencia, el conocimiento sobre el síndrome y su diagnóstico, y ha empeorado el estilo de vida de los chilenos en general.
Comemos peor que hace unos años y somos sedentarios, por lo que el SOP se expresa con mayor facilidad. El mayor problema es que también ha aumentado la frecuencia de las enfermedades a las que se asocia (Diabetes Mellitus, Hipertensión Arterial y Dislipidemia) y con ello, el riesgo del infarto al miocardio”.
Cerca del 50% de las mujeres que presentan SOP desarrolla algún tipo de insulino-resistencia, la que es mucho más frecuente en las pacientes que presentan obesidad abdominal. No obstante, las pacientes delgadas también tienen mucha mayor frecuencia de insulino – resistencia en comparación con la población general.
“Si la paciente desarrollará o no una diabetes mellitus a futuro dependerá de su comportamiento en términos de estilo de vida y de otras cargas genéticas adicionales que pudiera tener. Por ejemplo, múltiples familiares diabéticos en la familia”, comentó la ginecóloga.
Una mujer que hace ejercicio aeróbico y come sano, tiene pocas probabilidades de desarrollar diabetes en su vida, pudiendo incluso normalizar sus niveles de insulina.
Lo mismo ocurre con el colesterol alto o dislipidemia, a menos que la paciente tenga una mutación genética que la haga producir mayor cantidad de colesterol malo, lo más probable es que no desarrolle el problema si tiene un estilo de vida más sano.
LOS RIESGOS
Quienes padecen la enfermedad suelen tener irregularidad menstrual, por lo tanto ovulan menos veces en un año que una mujer que no tiene el síndrome.
La doctora Villa señala que “en la medida en que mayor es la irregularidad, mayor es la alteración ovulatoria. Hay mujeres que, incluso, ovulan una vez al año o cada 2 años, casos que suelen asociarse a obesidad abdominal importante y otras alteraciones metabólicas como insulinorresistencia o incluso diabetes tipo 2″.
Además añade que en el caso de las mujeres que se embarazan en forma espontánea, tienen más riesgo de abortar que la población general, sobre todo aquellas con insulino – resistencia y niveles elevados de LH, una de las hormonas con las cuales el cerebro estimula la función ovárica. Además, tienen un riesgo mayor de tener diabetes gestacional.
EL SÍNDROME Y EL CÁNCER
El cáncer endometrio se asocia más al SOP, porque las mujeres con este síndrome que presentan irregularidad menstrual tienen niveles relativos de estrógenos aumentados más aún si son obesas, ya que la grasa produce más estrógenos.
“Estos estrógenos actúan sobre el endometrio, capa interna del útero, haciéndolo crecer de manera importante. Al no recibir progesterona (hormona que se produce una vez que se ovula), el endometrio crece a sus anchas hasta que descama por hipertrofia, muchas veces dejando zonas que no caen y que pudieran transformarse con el tiempo, llevando a un cáncer de endometrio. Por eso es importante que las mujeres con SOP se controlen con un ginecólogo, quieran o no embarazarse ya que el síndrome se asocia también a otras enfermedades que pueden ser graves y que son prevenibles”, afirmó Villa.
Las mujeres embarazadas que tienen insulino-resistencia importante o a niveles de LH elevados, presentan un mayor riesgo de aborto que la población general.
Por lo que la especialista recomienda a las mujeres con SOP que desea embarazarse baje de peso, tenga una dieta sana, balanceada y realice ejercicio aeróbico, para tener una mejor calidad de vida.
Fuente
Por Daniela González TVN 24 horas
Clinica Santa María endocrinologóa y ginecologia
Imagenes archivo e internet