La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Proporciona la primera barrera frente a los factores ambientales que pueden alterar el funcionamiento de nuestro organismo. Los problemas de la dermis son los más comunes en los seres humanos:
Protección para la piel, el órgano más extenso de nuestro cuerpo
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Proporciona la primera barrera frente a los factores ambientales que pueden alterar el funcionamiento de nuestro organismo. Los problemas de la dermis son los más comunes en los seres humanos:
Más del 30% de la población tiene una alteración de la piel (1)
Al tratarse de una de las zonas más sensibles, se debe prestar mucha atención a la piel. De no ser así, las alteraciones de esta función de barrera son el detonante de diversas enfermedades cutáneas, como la dermatitis alérgica, el eccema y la psoriasis (2).
El proceso natural de la vida es que nuestra piel vaya envejeciendo de manera saludable. Sin embargo, existen dos causas que pueden dar lugar al proceso: una intrínseca y otra extrínseca. La primera es debida al paso del tiempo, y la segunda se debe principalmente al efecto de los rayos UV sobre la piel (3). La exposición excesiva a los rayos UV es uno de los principales factores externos que tiene graves consecuencias para la salud (4). Sus consecuencias principales van desde el envejecimiento cutáneo hasta el cáncer de piel (5). El cáncer de piel es un problema creciente en nuestra sociedad, siendo el más prevalente en humanos (6). La detección de esta patología ha aumentado en las últimas décadas (7). Es de vital importancia protegernos bien de los rayos UV.
Por otro lado, otros factores que perjudican la salud de la piel son las enfermedades inflamatorias.
Las enfermedades inflamatorias de la piel tienen una gran prevalencia en la población. La más frecuente es el acné, que sufren el 85% de los adolescentes con edades comprendidas entre los 12 y 14 años (8).
Piel
Los estudios demuestran que la complementación dietética con omega-3 previene la inflamación en el acné, y puede ayudar a reducir sus signos (9). Además, los omega-3 reducen los procesos inflamatorios de la piel (10).
Estudios científicos han demostrado que el aceite de pescado es efectivo reduciendo el envejecimiento cutáneo (11), especialmente el EPA, que ayuda a mantener la juventud de la piel (12).
Es más, puede ser efectivo reduciendo el envejecimiento extrínseco y previniendo el envejecimiento cronológico (13). Los omega-3 también son beneficiosos para pieles psoriásicas porque ayudan a disminuir los signos de la psoriasis (14). Las poblaciones que consumen altas cantidades de omega-3 (EPA y DHA), como los esquimales, presentan una menor incidencia de esta patología (14).