¿Qué ha ocurrido con la fuerza de voluntad que solíamos tener? Es de todo sabido que la epidemia de obesidad es una cuestión de responsabilidad personal, y así nos responde la Industria alimenticia. Debemos ejercer más auto control. Hay que dejar
de comer en exceso y reducir la ingestión de bebidas azucaradas y alimentos procesados. No hay alimentos buenos ni malos, sino que todos se deben consumir con moderación. ¿No es cierto?
En teoría todo esto suena muy bien, excepto por una cosa….
Nuevos descubrimientos de la ciencia demuestran que los alimentos procesados y abundantes en azúcar, grasa y sal- fabricados en una planta en vez de provenir de una planta- son biológicamente adictivos.
Nadie tiene ansia por comer esos alimentos. Pero es fácil imaginarse una montaña de papas fritas, una bolsa entera de chocolates, una bebida gaseosa desapareciendo rápidamente en un frenesí de apetito inconsciente y reptiliano.
El brócoli no es adictivo, pero el trío del terror _grasa, azúcar y sal, puede serlo con cualquier sustancia adictiva: alcohol, cigarrillos por nombrar algunos
Desde niños nos marcan la conducta
Nadie se convierte en adicto a la bebida alcohólica, al cigarrillo por elección. Nadie escoge una adicción a la comida Estas conductas surgen de centros primitivos de gratificación neuroquímica del cerebro que ignoran la fuerza de voluntad normal, y en el caso de la adicción a la comida, aplastan las señales biológicas comunes que controlan el apetito.
¿Por qué a los obesos les resulta tan difícil perder peso a pesar del rechazo social, de las consecuencias para su salud como hipertensión, diabetes, enfermedades cardíacas, arritmia incluso cáncer y del deseo intenso de bajar de peso? No es, porque quieran ser gordos.
El trío mortal, en el largo plazo
Se debe en la gran mayoría de los casos, cierto tipo de alimentos procesados con azúcar, grasa y sal combinadas de forma que la industria mantiene en el más estricto secreto_ son anuladores de la voluntad, luego adictivos. Estamos biológicamente “conectados” desde la más tierna infancia para desear esos alimentos y comerlos tantos como podamos. Celebran con comida, calmamos la ansiedad con alimentos, socialmente nos involucramos a través de alimentos, porque si porque no, pero alimentos industriales
Referencia: Mark Hyman, MD medico de fama mundial