Niños confían más en sus profesores que en sus padres
Un 63% de los menores reconoce que recurre a docentes y no a sus familias frente a un problema escolar.
La inseguridad, la vergüenza o el temor a ser castigados. Las causas para que un niño no sea transparente con sus padres pueden ser muchas. De hecho, según un estudio del Ministerio de Desarrollo Social, el porcentaje de menores que no confían sus problemas a sus progenitores es alto.
Un 63% de los niños dice que recurre a un profesor cuando tiene alguna complicación en el colegio y 60,1% no identifica al papá como parte de las personas a quienes les pide ayuda ante un problema.
Son las conclusiones de la Encuesta a Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA), Una radiografía que indaga en las redes de apoyo de los niños chilenos y analiza su comportamiento ante dificultades hogareñas o escolares.
“Aunque el profesor es la primera persona a la que los niños recurren cuando tienen complicaciones en el colegio, siguen siendo los padres a quienes más les piden ayuda, sobre todo cuando tienen problemas en sus casas”, explica el ministro de Desarrollo Social, Bruno Baranda.
Muestra de esto es que ante las contrariedades caseras, un 83% de los niños, niñas y adolescentes encuestados afirma pedirle ayuda a su madre.
“Queremos construir un país con familias más sólidas, lo que a la larga va a permitir establecer mayores vínculos, con una confianza más profunda, donde los niños sientan que su familia es siempre el primer lugar donde recurrir frente a cualquier situación”, agrega Baranda.
El estudio, que recogió la opinión de casi diez mil menores de todo el país, también demuestra la vinculación de los menores con agrupaciones colectivas o de participación.
Según la encuesta, un 37,9% de los niños y niñas entre 5 y 8 años afirma que participa en alguna organización, principalmente en grupos religiosos (17%), clubes deportivos o recreativos (14,4%) y en grupos artísticos o culturales (11%).
Asimismo, entre los entrevistados de entre 9 y 17 años, la participación en organizaciones sociales se eleva a 49,6%, predominando la pertenencia a entidades deportivas.
“Es importante la participación social de estos menores, porque en la medida en que se involucran con su entorno y comunidad, mejoran su calidad de vida”, afirma el ministro Baranda.
Sebastián Sottorff